El contacto humano es imprescindible desde el momento en que un bebé nace, por eso, hay que tener especial cuidado con la piel del bebé.
En general, la piel del bebé recién nacido es más delgada que la del adulto y está cubierta por una sustancia llamada vermix gaseoso, lo que la hace ser un poco más resbalosa. Pero esta sustancia va cambiando progresivamente con el curso de las semanas hasta convertir la piel del bebé en la que todos conocemos.
Ahora bien, existe un factor importante que tiene que ver con la lubricación de la piel del niño. Es recomendable utilizar una crema inerte; es decir, que no sea acida ni basófila de manera que la piel se humecte y ayude a que el vermix gaseoso que se perdió, sea reemplazado con la crema que se convierte en una barrera protectora frente a las agresiones del ambiente.
Sin duda, el principal cuidado que hay que tener es ser poco agresivo, ya que todos sabemos que la piel del bebé es más delicada que la piel de un adulto. Respecto a las infecciones, no hay que olvidar que la infección no está en la piel del bebé sino que llega de alguna parte; por lo tanto, la persona que cuida al niño y especialmente los padres, deben poner especial cuidado en el aseo de las manos. El lavado de manos frecuente es fundamental porque por el contrario se está facilitando la posibilidad de contaminación.
Los padres y las personas que rodean al bebé, también tienen que tener precaución respecto a la expectoración ya que al estornudar o simplemente hablar se lanzan gotitas de saliva que son contaminantes y pueden transmitir virus al niño.
Por otro lado, independiente de las precauciones que tomen los padres, existen otros elementos que pueden afectar como las alergias, tan frecuentes en estos tiempos.
Para hablar de las alergias hay que saber que son una respuesta exagerada frente a estímulos, que en general para el resto de la población son normales. Generalmente se presentan en pacientes que son portadores de una herencia, lo que lo hace tener una predisposición a ser alérgico. En dermatología se usa el término atópico para denominarlos.
La dermatitis atópica (alergias) es diagnosticada por el pediatra o dermatólogo en primera instancia y luego, si es muy severa, se apoya en exámenes de laboratorio para confirmarla.
Cabe mencionar que también los niños que no son atópicos pueden presentar la alergia como respuesta al contacto que tiene con sustancias inadecuadas en el aseo o en la lubricación, lo que puede hacer que el niño las acepte como un alergeno.
Así como la dermatitis atópica es una enfermedad heredada, durante los primeros días el niño puede presentar otras enfermedades a la piel como consecuencia de cierta herencia genética, que los especialistas denominan genodermatosis.
Así como la dermatitis atópica es una enfermedad heredada, durante los primeros días el niño puede presentar otras enfermedades a la piel como consecuencia de cierta herencia genética, que los especialistas denominan genodermatosis.
Y es en esa instancia, que hay que algunas que pueden ser bastante importantes y severas en el transcurso del tiempo como la esclerosis tuberosa, neurofibromatósis y otros trastornos que son realmente peligrosos y menos frecuentes como xeroderma pigmentoso, que es una enfermedad donde los niños nacen con la predisposición a prácticamente no aceptar la exposición al sol y reaccionan de forma absolutamente patológica y con dolor.
Respecto a las enfermedades no heredadas una de las más frecuentes, especialmente durante los 20 primeros días, es la infección bacteriana por estafilococo conocida como impétigo ampollar o impétigo estafilocócico. Ésta suele ser bastante estridente en sus manifestaciones, pero en general tiene una buena respuesta si se trata.
Ahora bien, el impétigo ampollar, de la misma manera que progresa la edad del niño, puede que se transforme en lo que se conoce como impétigo contagioso o impétigo vulgar tan común entre los escolares.
Otra enfermedad frecuente del tipo micótica en el lactante menor es la dermatitis del pañal, que puede contaminarse debido a la presencia de un organismo fúngico llamado candida albicans (hongo - levadura). Cabe recordar que la candida albicans aloja primero en la mucosa bucal con el nombre de algorra o muguet y el intestino se encarga de llevarlo hasta la esfera anogenital.
También existen otras enfermedades más severas en el recién nacido como la presencia del herpes simple, que habitualmente puede ser transmitido a través del canal del parto por una mujer que en ese momento tenga herpes genital.
Respecto al lactante mayor, (1 a 2 años) se manifiestan infecciones bacterianas, micóticas (hongos) y virales.
La piel del bebé es delicada y si presenta reacciones como las ya vistas hay que poner cuidados; en otro aspecto, los padres tienen que tener especial atención con el sol. Un niño no debiera exponerse al indebidamente sin el uso de filtros o protectores solares y vestuario adecuado que le cubra la piel.
En estos tiempos es necesario incentivar una educación de protección respecto a este tema, hay que crear conciencia en el niño de que no debe sufrir quemaduras importantes debido a exposiciones prolongadas al sol o en horas que son peligrosas.
En estos tiempos es necesario incentivar una educación de protección respecto a este tema, hay que crear conciencia en el niño de que no debe sufrir quemaduras importantes debido a exposiciones prolongadas al sol o en horas que son peligrosas.
No hay que olvidar que en los primeros diez años el niño ha recibido una alta proporción de sol que sumado a lo que recibe con el curso de los años, le pasa la cuenta al paciente. Es decir, un paciente que ha tomado mucho sol antes de la adolescencia ya tiene un gran potencial eventualmente cancerígeno.
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